Un buen corrector mejora la apariencia de cualquier rostro. Es un cosmético imprescindible que se ha convertido en nuestro mejor aliado para disimular y cubrir ojeras, granitos, cicatrices, manchas, rojeces y todo tipo de imperfecciones de la piel. Generalmente usamos la base de maquillaje y después acabamos de corregir, pero no creemos en las normas, para nosotros depende de la zona del rostro y del producto…por ejemplo en la ojera, a menudo aplicamos un corrector después de la base ya que así conseguimos mayor cobertura sin necesidad de aplicar correctores de distintos colores.